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2018-01-16 06:15:24 — Historias
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El violinista Survier Flores desde hace más de dos décadas vive en París, Francia y en su cotidianidad siempre encuentra los museos, la arquitectura, la cultura y claro, la torre Eiffel. Pero cada vez que regresa a Guatemala recorre una vez más aquellos espacios que lo formaron de niño. Visita su antiguo pueblo en sur de la Ciudad, el lago de Atitlán y el Conservatorio Nacional de Música, “Yo era de los niños que se metía a aquel edificio a explorarlo y en un salón alguna vez dejé un grafiti. Ahora ya no está”, revela, como quien habla de su primera travesura.
Desde hace 5 años esta visita no es solo familiar, también impulsa a un grupo de violinistas jóvenes que reciben talleres. A finales de diciembre se reunieron para recibir clases e inducciones a orillas del lago de Atitlán. En aquel paradisíaco sitio se escucharon los sonidos de violines y las interpretaciones de música clásica rompieron con la cotidianidad del sitio. Durante poco más de una semana este fue un santuario de la música.
https://youtu.be/0gL8y5y8rmw
“Regresar uno poco de lo que he aprendido, además de motivar a los jóvenes para que busquen sus sueños musicales”, así resume uno poco su trabajo, Survier Flores, que en Francia organiza conciertos y da recitales en diversos escenarios. Además, participa junto a diversos productores con quienes crea desde música clásica hasta contemporánea y pop.
“Siempre es un reto volver a hacer los talleres. Por un lado, está la logística y por otro el dinero para traer maestros o alojar a los estudiantes”, explica mientras se nota que calcula en la mente.
En la reciente edición, los estudiantes viajaron en un bus, se hospedaron en unos búngalos y practicaron en una escuela pública, todo en Atitlán. “Estaban emocionados, pero yo más, porque encontramos un espacio para el arte”. Cada encuentro es una forma de crecer, pareciera que es la consigna del maestro Flores.
Survier Flores ofreció un taller en Villa Nueva. (Foto GuatemalanArt: Un latinoamericano en París)