2017-12-19 08:00:34 Historias

La Navidad guatemalteca se llena de colores

Por: Ángel Elías @angeleliasGT

Los diversos mercados de Guatemala ya tienen el espíritu navideño. Desde luces de colores hasta figuras de barro se encuentran exhibiéndose desde hace unos días. Miles de guatemaltecos recorren cada pasillo para encontrar ese detalle que hará diferente esta navidad a la del año anterior.

Este lugar es la calle contigua a Catedral Metropolitana, en la zona 1 de la Ciudad de Guatemala, sitio en el que desde finales del siglo XIX ha sido uno de los principales lugares para instalar las ventas de fin de año.

Fotografía de Catedral Metropolitana con ventas navideñas a principios del siglo XX. (Foto Guatemalan Art: Museo Nacional de Historia).




En fotografías antiguas se puede observar cómo los vendedores acudían al atrio de Catedral para ofrecer hojas de pino y arbolitos navideños, esto a principios del siglo XX.

La tradición no ha cambiado mucho, la diferencia es que ahora no hay árboles de pino a la venta en este sitio, pero sí hay adornos para este. Luces de colores, esferas, “brichos” y cintas de colores esperan que los paseantes se enamoren de sus colores y se los lleven a sus casas para adornar los nacimientos.Los niños juegan por los pasillos, la música anuncia con temas navideños la época y los vendedores no cesan de ofrecer sus artesanías.

Los colores y la diversidad se notan en los mercados. (Foto Guatemalan Art: Ángel Elias)




Una venta especial

Para muchos de estos comerciantes esta época significa una ganancia en la economía de sus familias, porque cambian sus productos para la venta y ofrecen artículos para la ocasión.

Uno de esos casos es el de Mirna, que cuida su venta como uno de sus tesoros más preciados, y lo es, porque invierte buena parte de su capital familiar para tener diversidad en sus productos. Ella vende esculturas y dedica su tiempo a acomodar minuciosamente cada figurita, las cuida, las acaricia y las limpia como si fuera alguno de sus hijos. “Tengo más de 10 años de vender en estas fechas y en este lugar. A mí me gusta mucho lo que hago, a pesar de que hay bajas ventas siempre espero a los clientes con una sonrisa, me gusta regalarla a quien venga. Aunque no me compre siempre quiero que regrese a este mercadito”, dice.

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Ella tiene artesanía en barro, yeso y resina, la cuales le dan formas diferentes escenas guatemaltecas y bíblicas, desde mercados de Chichicastenango hasta pastores con vestimentas de Oriente Medio. “Las personas vienen, preguntan y algunas compran. Les gusta mucho ver las figuras de resina, pero muy pocos las pueden pagar porque son elevados los precios, en comparación de una de barro”, explica Miriam, para luego interrumpir su charla para atender a un cliente.

-¿Tiene figuras de San José? -.

-Claro, están en la estantería de arriba, hay distintos tamaños y precios -responde Mirna.

-¿Qué precio tiene este? -mientras sostienen una figura de resina.

-260 quetzales, es de resina, pero si quiere le podemos buscar otro más barato, indica

-Gracias -dicen los posibles compradores mientras se van como divisando la posibilidad de comprarla algún día.

Otras esculturas son de resina. (Foto Guatemalan Art: Ángel Elias)




“Los precios que buscan con respecto a la calidad muchas veces los espanta, pero es parte del negocio, saber negociar”, dice al volver a acomodar más figuritas; esta vez para que se le pueda tomar fotografías. “Tome las que quiera, muy bonito se los voy a acomodar”. Coloca pastores con sus ovejas, marimbistas con sus integrantes y hasta tiene procesiones. “La gente aprovecha para mandar al extranjero porque es un producto que es difícil de conseguir, por eso tengo hasta cucuruchos”.

Para Mirna este trabajo implica planificación. Cada mayo acude con los artesanos de Sacatepéquez para que le trabajen producto navideño. Claro, puede parecer raro pedir pesebres cuando apenas se celebra el día de la madre, pero es parte del negocio. “Si no lo hago así, mis pedidos no pueden estar para estas fechas y hago lo posible por colocarlo, sino tengo que esperar otro año para lograr vender lo que tengo”, afirma mientras sigue pensando dónde colocar más pesebres.

Se pueden encontrar marimbistas. (Foto Guatemalan Art: Ángel Elias)




Tradición familiar

Las pequeñas esculturas de barro pareciera que se le quedan viendo a los paseantes para que en algún momento puedan viajar envueltas en papel periódico a su nuevo hogar, algún pesebre en la casa de un guatemalteco. Doña Julia es una de las responsables de que estas obras de arte tengan expresiones. Con su pincel y algunas brochas le da color a las figuras que llegan sin pintar, estuvieron en barro puro. A ella se le puede ver pintando constantemente y sentada cuidado su venta que ya lleva más de 15 años de tenerla. “Tenemos artesanías de Sololá, Totonicapán y El Salvador”, indica.

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Lo especial que tiene esta tienda es que aún vende pequeños silbatos de barro con forma de pajaritos los cuales muchos niños buscan para “musicalizar” las posadas. “Esos pitos vienen de Totonicapán, la gente los hace, pero pocos los venden acá porque se dan muy baratos y traerlos sale muy caro”, explica. Cada silbato cuesta 5 quetzales, los cuales incluye el barro, la mano de obra del artesano, los hornos para la quema del material, el transporte y la ganancia de los vendedores de la ciudad, en resumen, sigue siendo muy barata su venta.

Para doña Julia, este oficio le ha tomado años aprenderlo y el puesto que arma en las calles es una herencia de su familia. La familia ha sido vendedora desde hace 40 años de los cuales 20, doña Julia ha dedicado su vida a vender y pintar sus artesanías. Según ella, trabajar ella misma sus productos le ayuda a dar un mejor precio y que los compradores se lleven una figura especial.




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"Manaña se venderá mejor"

Los precios, la demanda y la oferta en las ventas navideñas también afectan a los vendedores de estos mercados que con el paso de los años han visto como los compradores pasan y no compran. Aun así, ellos no desmayan y siempre tiene la vista en el futuro. “Mañana se venderá mejor”, dicen. Doña Violeta, otra vendedora de artesanías tiene experiencia en eso. “Cada año se vende menos, para estas fechas los productos ya se casi se nos terminaban. Esperaremos que las compras de última hora nos ayuden un poco”, explica instalada en su venta que desde hace 25 años mantiene en el mismo sitio y en que ofrece aserrín de colores, cordones de hoja de pino y figuras de barro.

Pastores de barro adornarán los nacimientos. (Foto Guatemalan Art: Ángel Elias)




“Estas ventas para nosotros deberán ser buenas, pero ya tengo mi plan B”, dice mientras observa unas cajas blancas que tiene debajo de la mesa donde tiene sus pesebres. “Allí guardo los cuadernos, lápices y todo lo que tenga que vender para la época escolar que ya es el otro mes”, indica mientras se escuchan algunos cohetillos en el fondo de mercado. “Acá la fiesta comienza en cualquier momento”, comenta sonriente.