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2017-08-22 00:40:06 — Arte y cultura en Guatemala
Gustavo Parada es un odontólogo apasionado por la escritura y la lectura. (Foto: Sandra Escobar).
Por Sandra Escobar
Además de pinzas, algodón e instrumentos de odontología, en la clínica del médico Gustavo Parada siempre hay una computadora en la que aprovecha para escribir y liberar la inspiración que asegura lo "atrapó" en 1976 cuando escribió su primer relato: El diario de una pulga.
Se confiesa un "narrador de la vida cotidiana", quizá por eso la mayoría de sus cuentos se enfoca en historias de la vida real a las que añade altas dosis de imaginación y que en mas de una ocasión le ha valido un comentario por "atrevido".
Parada nació en Antigua Guatemala el 16 de julio de 1951 y es cirujano dentista egresado de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Ha publicado cuatro libros: Iris (2013), La casa de la condesa (2014), Mal de amores (2015) y La guanaca (2016).
En esta entrevista comparte sus vivencias como escritor.
¿Cuándo comienza a escribir, cómo surge ese deseo?
Desde mi época como estudiante de primaria y diversificado me interesé por la lectura y la escritura pero fue hasta mis primeros años como universitario, en la Facultad de Odontología, que escribí mi primer relato: El diario de una pulga. Lamentablemente esa primera creación se perdió entre los escombros del terremoto de 1976, sin embargo, recuerdo siempre que surgió de las andanzas con uno de mis mejores amigos de la carrera. Una tarde cualquiera íbamos en el autobús y entonces él se dio cuenta de que una pulga se había colado entre su ropa. De ahí surgió la idea de este relato erótico que durante varios meses fui escribiendo y posteando en la cartelera de la Universidad.
¿Qué ha significado en su vida la escritura?
Una catarsis. La escritura me ha ayudado a expresar alegría, tristeza, decepción, expectativas, en fin. Soy una persona positiva, me encanta retratar en mis cuentos las escenas de la vida cotidiana, lo positivo de la vida. Me confieso un narrador de lo simple, lo que he visto, he escuchado y he conocido con el paso de los años.
¿El cuento es su género favorito?
Me siento bien con el cuento, de hecho me confieso un autor cuentero (risas), aunque la novela es mi mayor ambición. A mí la escritura se me metió en el alma y todo el tiempo llevo ideas que voy escribiendo y retomo cuando puedo. Sin duda mi siguiente reto es publicar esa novela que me ronda la cabeza desde hace meses.
¿Quiénes son los personajes de sus relatos?
Bueno desde niño siempre estuve muy atento a lo que sucedía a mi alrededor. Por ejemplo, mi madre me contó que nací en esta misma cuadra (7ma avenida, Antigua Guatemala) en la casa de una señora llamada Graciela Miranda, era comadrona y tenía su casa de salud. Aunque agrego muchísima imaginación a mis relatos, la mayoría de personajes están basados en historias reales que escuché de la tradición popular o de mi círculo de amigos.
Por ejemplo, en mi libro Iris, la figura de mi madre, María Luisa Nájera (QEPD), es relevante porque en el cuento Mal de amores tomo muchos relatos de ella y su trabajo como costurera especializada en vestidos de novia. Ella fue una mujer fuerte, no se complicaba la vida por nada, siempre decía: mijo, todo tiene arreglo.
¿Sus relatos tienen que ver con su vida personal?
He escuchado esa frase muchas veces (risas). Mis amigos lo dicen constantemente y me causa mucha risa. Evidentemente mis relatos tienen muchísima fantasía e imaginación y es frecuente que en ellos construya personajes que están basados en cosas que escuché quizá en mi infancia y juventud o en las cosas que vivo a diario.
Me gusta la vida real, viajo en autobús, voy al parque, ahí escucho lo que la gente habla y eso me inspira a crear relatos. Por ejemplo, en la colección de cuentos del libro Mal de amores relato el caso de un señor de ascendencia italiana que vivió en Antigua Guatemala. Él se enamoró de una hermosa muchacha salvadoreña, muy joven, que llegó a la Ciudad Colonial junto a su madre. Al cabo de unos meses se casaron pero el día de la boda, durante el banquete, ella desapareció, nunca se supo su paradero, algunos especularon que huyó con un enamorado. El caso es que nunca se supo de ella. El señor enloqueció, la buscó durante una semana, vestido con su traje de novio. Al paso del tiempo él perdió su fortuna y murió en un hospital psiquiátrico. El cuento se llama Mal de amores y es un ejemplo de lo que me gusta construir a partir de historias cotidianas con un toque de imaginación aunque algunos amigos o críticos dicen que se me "va la mano" (risas).
¿Cuál es su proceso creativo?
Ninguno en particular. La verdad, escribo entre paciente y paciente, en las pausas, sobre todo cuando alguno falta a sus citas. A veces también escribo en casa, aprovecho cuando fluye la inspiración y lo plasmo, luego lo corrijo, lo borro, en fin, creo que bajo presión escribo mejor.
Algunos de sus relatos como Un día en la vida del Presidente hablan de los políticos...
Fui gobernador de Sacatepéquez del 2000 al 2004 y he sido candidato a la alcaldía en varias ocasiones, de manera que la política no me es ajena. De hecho, dentro de mi proyecto de escribir una novela está el posible título Testigo Protegido que justamente busca narrar las andanzas de un jefe edil.
Durante el Conflicto Armado Interno de Guatemala tuve un tiempo clínica en Chimaltenango, fueron años duros, de esa etapa también construyo algunos relatos en mis publicaciones.
Mi cuenta de Facebook es muy activa, soy un antigüeño muy crítico desde el punto de vista político porque viví las mejores épocas de esta Ciudad Colonial y la anhelo siempre limpia, segura, ordenada. Hace unos días me envió Facebook una notificación para decirme que resulté "influenciador" porque mis opiniones son compartidas por mucha gente. La verdad considero que la tecnología es una manera de estar cerca de la gente.
¿Y mantiene su aspiración política por la alcaldía?
Es algo que no descarto, aunque a estas alturas de mi vida pienso en jubilarme de la clínica, dedicarme a leer, disfrutar la familia, la escritura. Creo que en la vida no se puede descartar nada. Veremos qué pasa con el tiempo.
En el 2016 la Asociación de Libreros dedicó la XXXIII Feria del Libro de La Antigua Guatemala a Gustavo Parada.
Parada está casado con Mayra Cordero y es padre de Mónica y Gustavo y abuelo de Massiel Alessandra.