Sofía, Celeste, Cristina, María José y Alejandra, articulan la Colectiva Feminista Artesanas en Antigua Guatemala, Sacatepéquez. (Foto: Sandra Escobar).
Por Sandra Escobar
Es una habitación pequeña. Paredes blancas, dos mesas azules de madera que hacen las veces de escritorios, libros y cinco mujeres convencidas de que el “feminismo no es chingadera” porque tienen agenda propia y el arte es su herramienta de denuncia, de inconformidad.
En noviembre del 2015 se cansaron del silencio y se unieron para integrar la Colectiva Feminista Artesanas. Su punto de encuentro está en el Centro Cultural Independiente la Casa del Mango, en la Sexta Avenida Norte de Antigua Guatemala.
Al principio se denominaron Colectiva Feminista Artesanas de Paz, pero también se cansaron de cargar la pesada maleta de “construir paz solas” y decidieron cambiarlo a algo más simple: Arte-sanas.
“Nuestra identificación se origina al unir las palabras arte y sanas, porque creemos que el arte es una herramienta de sanación, de protesta, de rebeldía e inconformidad y el estar sanas de mente y cuerpo nos prepara para hacer un aporte a la sociedad”, dice Alejandra Hernández, quien dirige la colectiva y tiene más de 15 años de experiencia en trabajo social.
Ahí, en ese espacio pequeño de paredes blancas, Sofía, Celeste, Cristina, María José y Alejandra defienden con picardía y buen humor su filosofía feminista.
Consumen tardes entre discusiones intensas, no siempre están de acuerdo, porque al final de eso se trata, de crear un punto de encuentro en el que cada quien aporta a partir de sus convicciones.
Si algo caracteriza a la Colectiva es la diversidad. Aunque son cinco dirigentes, a sus actividades y convocatorias se unen mujeres de diversas edades, profesiones, preferencias sexuales e ideología política.
“Reflexionamos a partir de la pedagogía feminista, cuestionamos la violencia en todas sus formas. Estamos enfocadas en la investigación y el acompañamiento a mujeres en procesos jurídicos”, comenta Hernández.
¿Y qué tiene qué ver el arte con una colectiva feminista? Ellas se apropian de toda expresión artística que exteriorice el sentir del alma femenina, es un “trabajo de adentro hacia afuera, desde la expresión artística, que es para nosotras una forma de ser rebeldes, malcriadas y desobedientes; nos empodera en el quehacer político y por medio de la danza, la pintura, la escritura, demostramos que las cosas no están dichas del todo, que siempre hay una nueva forma de expresión”, responde Hernández. Alejandra Hernández, trabajadora social desde hace 16 años, es fundadora y coordinadora de la Colectiva Feminista Artesanas. (Foto: Sandra Escobar).
Activas
La colectiva promueve un espacio diverso, aunque sus integrantes reconocen que no es fácil deshacerse de la fama de que las feministas son "malhumoradas, inconformes y lesbianas".
“Vivimos en un mundo gris, triste, se necesita color, opinar a veces es un peligro pero nosotras somos coloridas, revoltosas y felices. Algunos nos escriben feminazis o locas que no tienen qué hacer en su casa, pero nos sentimos satisfechas porque a la vez vemos una sociedad más crítica, inteligente, que investiga, así que cada día reímos, leemos y vemos que cada vez más la sociedad respeta los movimientos feministas”, dice su fundadora.
Durante el año su agenda de trabajo incluye programas como el laboratorio “Las calles para nosotras”, en el que una vez al mes, salen justamente tomar las calles para reflexionar cómo la sociedad se relaciona con las mujeres y “cuestionamos lo que la gente cree normal”, dicen.
Su activismo se extiende a las redes sociales donde promueven el espacio “La red es nuestra”, “Lunáticas feministas” y la radio en línea EducArte, donde abordan temas que los medios de comunicación convencionales no se atreven a mencionar.
Los círculos de sanación de la energía femenina suelen ser un espacio en donde exploran, junto a profesionales de diferentes áreas, nuevas formas y herramientas de sanación del estrés, del trauma.
Además, una vez al mes ejecutan el programa “La ola violeta” en donde diferentes organizaciones comparten sus agendas feministas y discuten temas como la maternidad y paternidad responsable, agroecología, ecofeminismo, salud sexual y reproductiva, alimentación, sanación, entre otros. De izq. a der. Celeste, Sofía, Cristina, Alejandra y María José, integrantes de la Colectiva Feminista Artesanas. (Foto: Sandra Escobar).
El 5 de junio la Colectiva se unió a una protesta de heladeros frente a la municipalidad de Antigua Guatemala. (Foto: Sandra Escobar).
Retos
Ellas definen su trabajo como algo serio. "La gente gente piensa que a veces que el feminismo es pura chigandera, pero tenemos una agenda, reuniones de trabajo, una estructura definida. Somos radicales, no nos da miedo utilizar esa palabra porque cremos que todo cambio comienza de raíz, planificamos nuestro trabajo, nos organizamos", enfatiza Hernández.
"Tenemos una organización para todo. Cada año planificamos nuestro trabajo".
Aunque afrontan dificultades para conseguir recursos financieros, en esta Colectiva el ánimo no decae. El hip hop, la pintura, la escritura, todo cuenta. En esta Colectiva nadie "odia a los hombres ni a la humanidad", es todo lo contrario dicen sus integrantes: "respetamos a la persona, a la Tierra, al mundo". Las integrantes de la Colectiva Feminista Artesanas posan en la terminal de autobuses de Antigua Guatemala. (Foto: Sandra Escobar).
Aunque su quehacer se desarrolla en Sacatepéquez ellas van a cualquier lugar adonde sean convocadas porque están conectadas con colectivas feministas de varios países, sobre todo de Centroamérica.
Sarcásticas, divertidas, irreverentes, pero sobretodo "malcriadas", así se definen estas mujeres que no están ni "enojadas ni amargadas", solo convencidas de que “ser feministas no tiene nada de malo, es más bien una forma de construir, repensar y desaprender".
Colectiva Feminista Artesanas articula su trabajo con varias instituciones públicas y privadas de Sacatepéquez y Guatemala que velan por la defensa de los derechos de las mujeres e integran la Red de Defensores de los Derechos Humanos y la Red Nacional de Periodistas Comunitarias y Feministas.
Ellas consideran que su mayor logro en los meses de trabajo que llevan ha sido "tejer redes, ser coherentes, cumplir con las agendas, pero sobretodo la libertad de promover un pensamiento rebelde, sin restricción de temas".
Otros programas de la Colectiva
Observatorio: acompañamiento a mujeres que están en procesos legales de manutención, pensiones alimenticias, entre otros. "Buscamos que el proceso sea digno, transparente. A veces la gente piensa que el objetivo es dañar al padre, pero no es cierto, creemos en la justicia y buscamos el equilibrio" dice la coordinadora.
Pedagogía feminista: mensualmente reparten textos diversos, con enfoque feminista y desarrollan lectura y discusión para nutrir su quehacer político.